jueves, 25 de marzo de 2010

"El Juli" y la importancia de apostar por uno mismo

Julián López “el Juli”, ese gigante al que un buen par de atributos no dejaron crecer más, es la demostración de la importancia del amor propio en su profesión.
Para todos es conocida la precocidad del Juli en todas las etapas como torero, primero joven novillero, más tarde joven matador y ahora joven maestro. Y es que en lo que se ha convertido es la culminación de un sueño, un proyecto que ha sabido trazar un niño llamado Juli y que sigue sabiendo llevar ahora Don Julián.
Algunos profesionales del mundo taurino han hablado de que estos años el Juli ha tirado del carro del toreo. Personalmente opino que no es cierto, o, al menos, no del todo. Julián ha vivido una transformación en los últimos años en la que ha naufragado entre sus antiguos y sus nuevos partidarios. Una búsqueda de sí mismo, una difícil decisión cargada de amor propio y autoconfianza que por fin ha llegado a buen puerto.
Desde sus comienzos el madrileño tuvo obsesión con el mundo del toro, y como el sabio ha sabido hacerse a sí mismo, siempre queriendo dominar todas las suertes, innovar y empaparse de cualquier conocimiento referente al bravo. Además no solo ha hablado en las plazas sino que ha sido uno de los referentes fuera de los ruedos. Tiene su propia fundación y su propia escuela taurina, y alcanzó su sueño de ser ganadero, faceta en la que no le va nada mal. Ha sido allí, en su finca, el Freixo, donde se ha fraguado una figura del toreo que ya ha pasado a la historia y que de seguir estos pasos lo hará como uno de los grandes.
Muchas son las cualidades que posee el Juli. El valor se ve a simple vista, una cornada le adorna la cara. La ambición siempre la tuvo y últimamente destaca su temple que ha convertido la muleta del Juli en algo aparentemente inalcanzable por los toros. La maestría adquirida junto a la raza que conserva intacta desde sus inicios hacen que este Juli huela a importante, más que de torero de época, de torero para la historia. En los últimos días, tras conquistar la América taurina una temporada más, ha cortado tres orejas en Vistalegre y ahora seis orejas y pinchado otra a cuatro toros en Valencia.
Con esta nueva dimensión y la misma entrega de siempre ¿Dónde está el techo del Juli?

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