lunes, 15 de marzo de 2010

Puerta grande para Jiménez en Valencia



















Texto: Fernando Garrigós
Fotografía: José Miguel Soria.

Ayer lunes, en la cuarta corrida del abono fallero, pudimos ver una buena corrida de Fuente Ymbro, con el único defecto de la falta de fuerzas, quién sabe si por las lluvias invernales que tanto mal han hecho a la cabaña brava. La terna estaba compuesta por César Jiménez, Matías Tejela y el colombiano Luís Bolívar.

A César Jiménez le correspondió un buen lote de la vacada gaditana. El de Fuenlabrada entendió enseguida la falta de fuerza de sus oponentes y fue haciéndoles las cosas poco a poco y a media altura. La faena a su primero tuvo un comienzo muy habitual en este torero, en el platillo y rodillas en tierra citó de largo al de Gallardo y continuó dándole distancia y cuidándolo para conseguir poco a poco sacar varias series de muletazos ligados que llegaron a un público valenciano entre el que goza de gran cariño. La faena a su segundo fue una faena a media altura, sin forzar a su oponente, tratando de alargar las embestidas y dejando buenos remates. Dos buenas estocadas y el apoyo del respetable valenciano abrieron una puerta grande a Jiménez de poca trascendencia.

Matías Tejela pasó por Valencia con más pena que gloria. A su primero le planteó un trasteo lleno de altibajos y sin trasmisión, un jabonero que en un principio protestaba pero que se dejó hacer, mejor dicho, se hubiese dejado hacer. Con su segundo, un gran animal, de gran fondo y condición, anduvo perdido toda la faena, sin apariencia de saber donde se encontraba el diestro. Muletazos sueltos y sin ningún ritmo a un Fuente Ymbro de lío gordo.

Bolívar, recién llegado de enfrentarse con alimañas de Victorino en Castellón, pareció no querer aprovechar del todo la oportunidad. A su primero lo recibió con un pase cambiado y de ahí algunas buenas tandas de muletazos. No supo entender el colombiano a un toro que pedía la distancia y el cuidado. Se echó encima del toro y terminó por ahogarlo. Tardó el toro en caer tras una estocada entera y saludó Bolivar al tendido. Con se segundo, noble y falto de fuerzas como el resto de la corrida, consiguió el diestro lo más destacado de la tarde. Dio comienzo en el centro de la plaza con una tanda de derechazos con algún que otro enganchón. Poco a poco fue haciendolo y acoplándose al de Fuente Ymbro, destacando dos series con la mano derecha con hondura, muletazos largos y templados. Cuando iba camino de la oreja la faena vino a menos y un pinchazo, que precedió a una estocada entera, terminaron por esfumar las posibilidades de triunfo.

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